Hoy, y después de mucho sin escribir, vengo no con una noticia, sino con un
tema que empecé a discutir con una compañera de clase y que derivaba de otro
tema. Se trata del uso del adjetivo “gay” como insulto. Bien, teniendo en
cuenta que la homofobia está superada por la gran mayoría de la gente joven en
general, en tanto a aceptarlos como iguales a nosotros se refiere, no entiendo,
entonces, por qué muchos insultan a los que no les gustan o no les caen bien llamándolos
“gays”. Quiero mostrar mi indignación ante esto, ante la hipocresía de la
sociedad, ya no sólo de los jóvenes, sino de todos aquellos que se las dan de
tolerantes para con los homosexuales y después van usando ese calificativo de
forma despreciativa. ¿Por qué? Porque la sociedad aún no se acepta a sí misma.
Puedes aceptar a los que son “diferentes” a ti pero siempre quedará esa
rencilla, esa “repulsión”, ese sentimiento reacio.
He visto muchas estupideces de estas en youtube, por ejemplo, donde la
gente no se corta un pelo para insultar y sacar basura por la boca como
descosidos. No mencionaré nombres pero sí un caso en particular (De todos modos
sabrán de quién se trata), porque es el que recuerdo, el más reciente, o mejor
dicho, el más continuo. Se trata de un escándalo, porque sí, no es como los de
revistas del corazón como Hola o Pronto, pero son un verdadero escándalo
que la gente se toma demasiado a pecho. Personas que defienden a un crío que
tiene la fama subida a la cabeza, personas cuerdas que defienden lo suyo de
forma civilizada y, después, está el resto: Los “renegados”. ¿Cómo tiene la
gente la poca decencia de llamar a alguien “gay” porque no les gusta? Resulta
incomprensible el porqué de estos “arranques”. Poniéndonos en el mal lugar de
recurrir a los insultos en lugar de a una crítica, ¿No hay suficientes como
para tener que acudir a esos vocablos que se usan para determinar la sexualidad
de una persona y no para desprestigiar a otra o hacerla sentir mal comparándola
con alguien de dicha orientación sexual? Es decir, no me refiero a que
llamándolos así quiten prestigio al objetivo, sino al hecho de que lo usen con
ese sentido.
Por todo esto, y para finalizar, a los que hacen esto les digo: “Tengan un
poco de cerebro y esfuércense en hacer una crítica constructiva, no es lo mismo
el odio que la indignación, y no usen los términos equivocados para las
situaciones inadecuadas. No sean hipócritas.”; y a los que sufren de esto, les
mando el siguiente mensaje: “No se ofendan, no es ningún calificativo que deba
ofender, todos somos personas, y sé que aún hay muchas que no aceptan esta
sexualidad porque es algo “diferente”, algo que desconocen, y que por eso
ustedes pueden sentirse incómodos al ser llamados así ―sean o no de esta
orientación sexual―, pero lo único a lo que hay que “despreciar” es a los psicópatas
asesinos, violadores y demás escoria humana que puebla este mundo cruel y
despiadado.”
Y díganme ¿Qué piensan ustedes?
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